La hiedra en los ecosistemas y en el huerto ecológico

La hiedra (Hedera) es un género de plantas de Europa, África y Asia. Son trepadoras, plantas perennes y arbustos de hoja perenne. Pertenece a la familia Araliaceae. Resiste las heladas moderadas y le gustan todo tipo de suelos con humedad. Es una planta muy rústica, que se puede utilizar como trepadora y como panel de suelo. Se fija a cualquier sustrato mínimamente rugoso.

Es una planta muy útil si se desea cubrir grandes superficies en poco tiempo (debido a su rápido desarrollo).

¿La hiedra mata los árboles?
La hiedra utiliza árboles y paredes como soporte, lo que le permite alcanzar mejores niveles de luz solar. No es una planta parásita y tiene un sistema de raíces separado en el suelo, por lo que absorbe sus propios nutrientes y agua según sea necesario. La hiedra no daña los árboles y su presencia no indica que un árbol no esté sano.

Sus flores se usan como atrayentes de insectos beneficiosos para nuestro huerto ecológico. Sus frutos son un alimento invernal indispensable para gran cantidad de especies de aves. ¡Ojo porque para los humanos son muy tóxicas!. Además debido a su hoja perenne sirve de refugio tanto para insectos hibernantes, como nidos de pequeños pájaros (mirlos, reyezuelos, etc.).

Frutos maduros de la hiedra (Hedera helix).

Es una planta que tarda en dar flores (8 a 10 años), por lo que hay que plantarla temprano en los alrededores de nuestro vergel si queremos gozar de sus beneficios. La floración comienza a partir de septiembre, época en la que no hay muchas flores. Por este motivo sus flores son visitadas por muchas especies de insectos en busca tanto de polen como de su néctar.

Avispas icneumónidas también se deleitan con el néctar de las flores de Hiedra (Hedera helix). Recordemos que estas avispillas son importantes controladores de larvas de mariposas y otros insectos, sobre los cuales parasitan.

Muchos de estos insectos son polinizadores de nuestras frutas y verduras. Otros son depredadores que cazan enemigos de nuestras plantas.

Numerosos insectos se alimentan del néctar de las flores de la hiedra (Hedera helix). En este caso una avispa lamiendo la superficie de los nectarios.

Las flores tienen la capacidad de seguir produciendo néctar durante mucho tiempo, incluso más allá del periodo de receptividad del estigma e incluso durante la formación del fruto (nuestras observaciones indican que a mediados de diciembre siguen dando néctar). Esto se debe a que no sólo el néctar es producido por los nectarios, sino también por ciertas células del floema, que son secretadas por estomas modificados.
Los nectarios (órganos productores de néctar), están ubicados en la parte superior del ovario de cada flor y se encuentran completamente expuestos al ambiente exterior. Esta disposición facilita la alimentación de especies que no tienen piezas bucales alargadas, por lo que el número de especies que frecuentan las flores de hiedra es muy elevado.

Detalle de una flor de hiedra canaria la cual ha perdido ya los pétalos y estambres, por lo que el fruto se está formando. Sin embargo, en la superficie del gineceo, los nectarios siguen produciendo néctar, el cual se puede ver formando pequeñas gotas.

Cabe destacar también que la superficie de los nectarios es rugosa y ondulada. Usando un microscopio electrónico, vemos que está lleno de finos surcos para evitar que el flujo continuo de néctar se seque demasiado rápido. Esta estructura explica por qué los insectos que visitan las flores de la hiedra en busca de alimento pasan tanto tiempo en cada una de ellas, incluso dando varias vueltas consecutivas alrededor de una misma nectarina, lo que sorprende si comparamos con el tiempo de estancia en la mayoría de otras flores, mucho más corto.

Los abejorros (Bombus sp.) visitan asiduamente las flores de la hiedra.Sus largas lenguas no tienen ningún problema para libar el néctar de la hiedra. Se trata de insectos que polinizan activamente algunas de nuestras hortalizas más importantes, como los tomates.

Para las abejas, la hiedra es muy importante. Por un lado porque es fuente de polen tardío, lo que significa que las abejas pueden seguir criando si las condiciones climáticas acompañan los meses de septiembre y octubre ( el polen es la única fuente de proteínas, lípidos, minerales y vitaminas para las larvas de abeja).
Además, el polen recolectado antes del invierno se almacena y se utiliza para comenzar a reproducirse la próxima temporada mucho antes (finales del invierno), antes de que el clima permita a las abejas salir. Por otro lado, el néctar de hiedra es vital para el invierno (se ha descubierto que en zonas como Irlanda, la mayoría de las reservas invernales de las colmenas son néctar de flores de hiedra).

Colletes hederae, la abeja de la hiedra es una de las muchas especies de abejas solitarias que se alimentan en las flores de la hiedra.

Las aves son fundamentales tanto en el huerto ecológico como en nuestros ecosistemas naturales. Muchas de ellas se alimentan de insectos y otros invertebrados, con lo que se convierten en controladores eficaces de sus poblaciones contribuyendo así a la no aparición de plagas. Y en invierno muchas de estas aves se alimentan de los frutos de la hiedra.

Las currucas capirotadas a pesar de ser aves insectívoras, en invierno dependen de pequeñas bayas y frutos como los de la hiedra.

Instante en el que un ejemplar de zorzal común expulsa por su pico la semilla de la hiedra después de que haya digerido la pulpa. Estas semillas sin pulpa germinarán en 7 -10 días con lo cual las aves son eficaces dispersadores de la hiedra.

Mirlo común con dos frutos de hiedra en su pico, ¡los cuales trago sin problema alguno!.

Otro ave insectívora que se alimenta de los frutos de la hiedra en invierno, el confiado petirrojo.

Como conclusión, la hiedra es una especie más en nuestros ecosistemas autóctonos que faorece la biodiversidad, concepto clave si queremos emprender el camino contra el cambio climático.

Los que tenemos frutales hemos de evitar que trepe por ellos ya que puede impedir que capten toda la luz solar que necesitan. Pero en nuestros bosques es importante comprender que su papel es vital para muchas especies y para el propio bosque.

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